Los principales cambios
que habrá en un futuro próximo en el ámbito escolar se prevee que serán:
·
La clase magistral
desaparecerá; el profesor se convertirá en guía del alumno.
·
El aprendizaje será
personalizado, permanente y más caro.
·
Primarán las
habilidades frente al saber académico.
·
Internet será la
principal fuente y el inglés, la lengua mayoritaria.
Los sistemas educativos de
todo el mundo sufrirán grandes modificaciones de aquí a unos años, propiciados
por la revolución tecnológica. En los próximos años, Internet va a convertir
los colegios en «entornos interactivos» que cambiarán radicalmente la manera de
ser de docentes, padres y sobre todo, estudiantes.
A estas conclusiones han llegado los 645
expertos internacionales entrevistados para una encuesta.
El trabajo señala que «las
escuelas se convertirán en redes» donde los alumnos interactuarán entre ellos y
con el profesor de forma que se produzca un «aprendizaje colaborativo».
Se ha preguntado a varios
expertos españoles sobre las cuestiones que aborda el estudio, adaptadas a la
realidad de nuestro país, así como otras transformaciones en los horarios, las
relaciones entre los alumnos, la jerarquía del profesor, las nuevas
asignaturas, los deberes o el diseño del aula.
Profesores
Siete de cada diez
entrevistados piensan que el rol de los docentes será guiar al estudiante por
su propia vía de conocimiento. Serán facilitadores y orientadores, más que
transmisores del saber. El 43% de los sondeados sostiene que los contenidos online serán
la principal fuente de conocimiento en 2030, incluso por encima del colegio
(29%), del entorno del alumnado (13%) o de las instituciones culturales (3%).
Ismael Sanz dice: “El papel
de los profesores va a ser aún más relevante. Van a tener que mostrar a los
alumnos que hay que ser críticos con la información, […] que deben seleccionar
y acudir a las fuentes más fiables”.
Sanz cree que se
consolidarán metodologías como el flipped classroom, que consiste en que los chicos
preparan por su cuenta las clases y hacen una exposición en el aula, mientras
el profesor realiza una labor de acompañamiento.
Alumnos
El perfil del estudiante
cambiará en los próximos tres lustros. Será “un alumno con muchas más
posibilidades de acceso a fuentes de conocimiento, con una mentalidad más
universal, protagonista indiscutible de su aprendizaje, un ciudadano que busca
a través del aprendizaje un modo de responder a alguna necesidad del entorno»,
según lo define Núria Miró.
El 83% de los consultados cree que el currículo tendrá más contenidos
personalizados a la medida de cada alumno. Esto tendrá consecuencias en la
relación jerárquica con el profesor. Los estudiantes van a ser «más exigentes»
en cuanto a sus expectativas educativas.
A continuación surgen una
serie de interrogantes:
·
¿Cambiarán también los horarios?
Los expertos españoles coinciden en que la frontera
entre el colegio y el hogar se desdibujará y el aprendizaje no se restringirá a
unas horas y a unos lugares concretos. “El email y otras herramientas de comunicación se
están extendiendo mucho. Ahora los profesores ya tenemos muchas conversaciones
con los alumnos a las 20.00 horas” indica García, además añade “veo más cursos online, y a
deshoras. Más estudiantes van a tener que trabajar y no van a poder ir al
horario convencional. Veremos escuelas que den clases en verano y los fines de
semana”.
·
¿Habrá deberes?
“En
algún sentido, si hay un cambio, será a que casi todo sean deberes”, dice Cabrales.
El horario será más libre y habrá más tarea individual. “Más que deberes, hay
que suscitar en los alumnos la necesidad de seguir buscando documentación, de
informarse, de compartir conocimientos y de despertarles el gusto por la
investigación”, añade Miró.
Todo esto afectará, sin
lugar a dudas, a las relaciones personales entre los alumnos. En opinión de
García, “Hace 20 años, los críos pasaban más tiempo en la calle, sin demasiada
supervisión. Ahora su vida social es más limitada, están más en casa,
conectados online, y
tienen agenda”
El currículo
El 76% de los encuestados cree que las
habilidades personales o prácticas serán más valoradas que los conocimientos
académicos. Las llamadas soft skills -como la capacidad de hablar en público,
de trabajar en equipo, de adaptarse a los imprevistos...- son cada vez más
importantes en el entorno profesional, pero los expertos españoles coinciden en
que, por si solas, no suplen una buena preparación académica.
El
aprendizaje
El 90% de los encuestados
cree que, en este nuevo escenario, el aprendizaje se desarrollará a lo largo de
toda la vida del alumno y que no se limitará sólo a la etapa de formación
obligatoria (entre los seis y los 16 años) y a la universidad. Esto no
significa que la educación vaya a ser gratis. Al revés: el 70% piensa que la
Administración pública va a dejar de ser la principal fuente de financiación.
Fuente: www.elmundo.com
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