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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Las comunidades de aprendizaje

Las Comunidades de Aprendizaje es una línea de investigación desarrollada a lo largo de varios años por el Centro Especial de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades (CREA), de la Universitat de Barcelona.

Imagen relacionadaEsta línea parte de la intención de investigar, analizar y actuar para favorecer la igualdad educativa y social a través especialmente de cambios en los procesos educativos.

Una comunidad de aprendizaje es un proyecto de transformación social y cultural de un centro educativo y de su entorno para conseguir una Sociedad de la Información para todos y todas las personas, basada en el aprendizaje dialógico, mediante una educación participativa de la comunidad, que se concreta en todos sus espacios, incluida el aula.

Igualmente, las comunidades de aprendizaje es un modo de organización en el que las personas se ponen de acuerdo para perseguir unos objetivos comunes a partir del trabajo colaborativo y el aprendizaje cooperativo. Además, dichas comunidades suponen una alternativa del modelo tradicional escolar.


Se caracterizan por ser colaborativas, flexibles, gozar de diversidad, identidad, inclusión, diálogo, interacción, comunicación, y defender el aprendizaje a través de la interacción social con los demás.

También reivindica la educación de calidad para todos y todas, en la que participan toda la comunidad educativa a través del diálogo, colaboración, implicación, etc.

La creación de comunidades de aprendizaje requiere la ayuda de toda la comunidad educativa: familiares, docentes, alumnado, estudiantes de universidad, voluntarios, asociaciones, etc. tanto para las decisiones curriculares y escolares, como para la docencia y evaluación, puesto que de esta forma se propiciaría adecuadamente la participación activa y confianza de todas las personas implicadas.


                    


Una manera eficaz de establecer las comunidades de aprendizaje es a través de la formación de grupos interactivos. Estos grupos deben ser heterogéneos en cuanto a capacidad y rendimiento, con la finalidad de evitar la formación de grupos en función del nivel educativo, ya que esto conllevaría a que dichos grupos tengan peores expectativas, desmotivación y descenso del rendimiento.
La creación de estos grupos interactivos permitiría aumentar el aprendizaje y el rendimiento escolar, así como la participación del alumnado.

Para la puesta en marcha de las comunidades de aprendizaje es fundamental pasar antes por una serie de procesos:

1.- Fase de Sensibilización: conocer las grandes líneas del proyecto de transformación y analizar el contexto social, la evolución de las teorías actuales de las ciencias sociales y los modelos de educación.

Se comenta a grandes rasgos la situación de la escuela, los problemas y las oportunidades que plantea, el plan de transformación, las implicaciones de este proceso y se planifica de modo general la manera de seguir trabajando. En esta fase se informa a las familias, profesorado, administración, alumnado, voluntariado y agentes sociales, de los principios básicos de la comunidad de aprendizaje.

2.- Toma de decisiones: decidir el inicio del proyecto en base al compromiso adquirido por toda la comunidad.

Esta es la fase en la que el centro toma el compromiso de iniciar, o no, un proceso de transformación en una comunidad de aprendizaje. La duración aproximada es de un mes. Esta decisión la debe tomar conjuntamente toda la comunidad educativa (las familias y el profesorado), la Dirección General de Educación correspondiente y CREA.

3.- Fase del sueño: romper con la reproducción cultural, querida o implícita, que corta ya de entrada las alas a los deseos y las posibilidades del alumnado, de las familias y del profesorado.

En esta fase empieza realmente el proceso de transformación. Esta fase consiste en idear entre todos los agentes sociales el centro donde le gustaría asistir, dar clases, llevar a los niños y niñas,... Se trata de pensar la escuela ideal para sus hijos/as, para ellos/as mismos/as, para tener la formación para el futuro, no aquella que se puede hacer dadas las circunstancias actuales.

4.- Selección de prioridades: conocer la realidad y los medios con los que se cuenta el presente, analizarlos y establecer las prioridades del sueño.

En las fases anteriores se han analizado las necesidades, se ha decidido el cambio y se ha puesto el listón alto con el sueño común. Ahora la comunidad analiza detenidamente la realidad del centro educativo y de su entorno. Es en este momento cuando se priorizan las actuaciones concretas del proceso de transformación, identificando los cambios a hacer y estableciendo un conjunto de prioridades inmediatas en las que trabajar para conseguir estos cambios.

5.- Planificación: diseñar grupos de acción heterogéneos y crear comisiones de trabajo encargados de llevar a cabo el plan de acción diseñado para cada prioridad.

En esta fase se programa, se activa el plan de transformación y se planifica cómo llevarlo a cabo. Puede durar unos dos meses.

6.- Investigación: innovar para mejorar (reflexionar desde la acción), experimentar y poner en común las experiencias llevadas a cabo y los resultados obtenidos.

En esta fase, las comisiones de prioridades desarrollan su trabajo explorando las posibilidades de cambios concretos y organizando su práctica. Dos aspectos son fundamentales: profundización de las estructuras comunicativas de gestión y aplicación pedagógica del aprendizaje dialógico.

7.- Formación: formación solicitada por las comisiones de trabajo en función de los requerimientos del proceso y formación de toda la comunidad de aprendizaje en núcleos de interés concretos.

Todo cambio necesita instrumentos nuevos y estos frecuentemente exigen una formación diferente a la que se ha tenido. Los procesos de formación deben ser coordinados por la comisión gestora o por una comisión de formación que programe a lo largo del curso las diferentes actividades de formación.

8.- Evaluación: evaluación continua del proceso.

Por evaluación entendemos la valoración permanente de la realización del proceso para tomar las decisiones que lo mejoren y en la que participan todas las personas implicadas en el mismo.




En definitiva, cada niño o niña asume los logros y éxitos conseguidos entre todos, de manera que se favorece la autoestima y expectativas propias, sobre todo del alumnado que tradicionalmente ha tenido peores resultados escolares. De esta forma, se propicia la inclusión educativa en las aulas, ya que todo el alumnado es consciente que le ayudan y apoyan, independientemente de las necesidades educativas especiales que presenten determinados niños/as.


Resultado de imagen de la educación no cambia al mundo cambia a las personas que van a cambiar el mundo

Documento: Proyecto de transformación de Centros Educativos en Comunidades de Aprendizaje

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